lunes, 31 de octubre de 2011

Finde outdoor

Hartos días feriados hemos tenido.
Que riiicccooo!!!!!, así que aprovechando me fui de camping al cajón del maipo, que hace tiempo tenía ganas de hacer pero no se concretaba.
Está al lado de Santiago, pero es como estar muy lejos, hay otro aire, hay otro ambiente, hay distintos sonidos, otros olores, otros bichos (había una araña gigante, un poquito más chica que una pollito, y que juraba que si se quedaba quieta se hacía invisible), en fin, todo es diferente.
A pesar que me encanta salir, no lo hice mucho en mi infancia y adolescencia, así que mi parte outdoor no está muy desarrollada, siempre tengo accidentes... nada grave, generalmente son más bien risibles,
pero igual me da lata. En esta ocasión, el embalse el Yeso me quiso tragar (:-o)  , me acerque a la orilla para tocar el agua y el barro estaba tan blando, que me hundí hasta las rodillas y no me podía salir. Una sensación horrible, pero salí, y solo quedé muuuuy cochina, pero nada que no se pudiera limpiar.
Dormí pésimo, ya con 30 años no tolero tan bien dormir en el suelo, me picaron los zancudos, entre otras cosas, pero con todo, lo pasé super.
Creo que lo que más me gustó del viaje, fue la noche, bajar al río, me eché en un roca que había en la orilla, había una luna mínima pero muy luminosa, y estrellas por montones, incluso vimos 2 estrellas fugaces. Solo eso, estar tranquila, escuchando el río, viendo el cielo, viendo el cielo reflejarse en el agua, el tiempo se detiene por un instante. En ese momento, pensaba en lo pequeño que somos, me sentía tan chiquitita en relación a las montañas que me rodeaban, y a la vez miraba las estrellas, sentía que todo era tan pequeño en relación a lo que hay afuera.
También, y por más cliché que sea, miraba como destruimos todo como especie humana, o sea, después de andar como 2 horas en auto para llegar literalmente a la punta del cerro,  no falta encontrarse con rocas rayadas con cosas como "Fulanita te amo", o colillas de cigarro botadas al lado del agua. Claramente que esa no es la mayor destrucción, pero si es la más cotidiana, la Indiferencia, el no preocuparse por cuidar lo que tenemos. Por un lado se logran las tremendas movilizaciones para parar Hidroaysen, pero por otro, anda a decirle a alguien que controle la luz, agua o gas que utiliza, o que se de la lata de reciclar, y en un gran gran grupo la respuesta va a hacer "y porque si estoy pagando por eso".
Odio que estemos destruyendo el planeta, pero odio más que no reconozcamos que lo estamos haciendo, que solo nos movamos (si es que) cuando la destrucción va a ser demasiado grande, pero en esos pequeños esfuerzos que si están a nuestro alcance, no los hacemos.
Me da pena, rabia, y miedo, todo junto. Por eso me acordé de esta canción, es preciosa, pero me costó un mundo encontrarla, porque la tenía como en el subconciente, ya que es una canción que le gusta a mi papá, y la escuchaba cuando niña, así me acordaba como de 2 palabras y la música.
Fue difícil, pero aquí está, "creo que voy a llorar" o su nombre original "saltwater" de Julian Lennon, el hijo de John.
"La tierra es una roca
que gira en torno al sol
nosotros más pequeños que un electrón
pero que grandes somos para matar
creo que voy a llorar
Ganamos las montañas
Triunfamos sobre el mar
llegamos a la luna y más allá
pero los bosques mueren sin más ni más
Creo que voy a llorar

Hablamos del amor
Nosotros lo mejor
en un mundo que se apaga 
y todo por nada
El tiempo pasará (y pesará)
la vida crecera
y el amor nos dirá yyyy yyy
que nos quedará?..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario